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EL QUEHACER CON LOS PADRES. DE LA DOBLE ESCUCHA A LA CONSTRUCCIÓN DE ENLACES.

Presentación en Sevilla, 22 de Octubre, 2011, en la Asociación Andaluza de Psicoterapia Psicoanalítica.

DE ANA MARÍA CAELLAS, SUSANA KAHANE, ILUMINADA SÁNCHEZ, HG EDITORES, 2010

Paloma Bernal Villegas*

Este libro se lee apaciblemente, con placer, pues con habilidad presenta integrados muchos conceptos y autores que a menudo consideramos de forma fraccionada y aislada: nos hace sencillo considerar simultáneamente todos los aspectos implicados en la llegada de un nuevo ser, en la constitución de un nuevo psiquismo, su historia y su prehistoria. Nos habla de la encrucijada narcisística y edípica a la que llega el hijo «siendo polizonte del anhelo y del deseo parental»; y por ello, de la riqueza que aporta al tratamiento del niño la escucha de sus padres, de cómo y porqué a menudo ésta es imprescindible para que dicho tratamiento pueda ser llevado a cabo.

Debiera ser, entonces, un «libro de cabecera», al que uno vuelve una y otra vez, a éste u otro párrafo, redescubriendo la riqueza de sus contenidos y la intensa experiencia clínica de la que surgen.

Hace ya muchos años, siendo yo principiante, un colega de renombre y experiencia despertó mi admiración y confortó mis inquietudes (gigantescas inquietudes) profesionales cuando destacó el «no saber» como actitud mental rica, honesta e imprescindible para llevar a cabo un buen trabajo; desde entonces, siempre que un autor habla de la importancia de esta actitud de no saber en la escucha, como en este libro, yo pienso: “éste, sabe».

Este libro nos es útil como terapeutas de niños y de padres, pero también como terapeutas de adultos, como padres, como abuelos, como personas. Dicen las autoras: «cuando el hijo enferma, los padres tienen dificultades para asumir la implicación de lo interrelacional y para aceptar la alteridad del hijo, pues ésta niega la omnipotencia parental».

Nos hablan de cómo es el encuentro con estos padres, cómo es la demanda manifiesta que traen, sus expectativas, resistencias y temores, su culpa como elemento narcisista. Cómo son a veces los padres los necesitados de atención o también necesitados de atención.

Ante esto nos proponen la «doble escucha», que incluye al niño y a sus padres, nos dicen: «escuchamos al niño marcado por su deseo y al niño marcado por el deseo de los padres, al niño que traen los padres y a los padres que trae el niño”, es la escucha de todos los elementos que entran en juego y de cómo atenderlos e instrumentarlos.

El libro define el lugar del terapeuta infantil en el trabajo con los padres. Estos no quedan fuera, excluidos por su desconocimiento, señalados como causantes de las dificultades del hijo, ajenos al progreso terapéutico de éste. Serán escuchados, apoyados y acompañados, y se les hace partícipes en el pensar y preguntarse acerca del padecimiento del hijo.

El capítulo último es el más extenso y se titula: «El quehacer con los padres. Un método», ¿qué puedo decir de este capítulo que su título no sugiera?, sólo una cosa: ¡tienen que leerlo!

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Diana Caulo Latricchina*

Pienso que este libro no está reservado exclusivamente a los círculos psicoanalíticos, a pesar de que su contenido es seria y estrictamente analítico, sino que resulta accesible a cualquier lector informado e interesado por la relación entre padres e hijos, la importancia de su génesis y la transmisión generacional de los conflictos psíquicos no resueltos como si de un rasgo genético se tratara, en el sentido de una continuidad psíquica.

Esta afirmación la fundamentan las autoras textualmente “No dudamos sobre la teoría de que el síntoma es el resultado del conflicto intrapsíquico entre instancias pero tampoco de que en su génesis, asimismo, interviene lo interpersonal; de allí que en nuestro quehacer clínico con el niño y los padres resulte insoslayable diagnosticar qué corresponde a cada quien.

Desde mi punto de vista este texto trata acerca de la multiplicidad de duelos que hay que realizar a lo largo de la vida, vida que está enmarcada en un tiempo, los que tienen que ver con el tiempo con mayúsculas y los aconteceres de aquellos que nos precedieron, los que tienen que ver con el paso del tiempo que transcurre con respecto a los padres en donde acontece el crecimiento de los hijos y el tiempo subjetivo de los hijos , aquél que es como si no transcurriera cuando se bloquea su propio crecimiento.

Como ya sabemos, etimológicamente el término duelo significa dolor y también desafío o combate entre dos. Y de esto se trata, este es el sentimiento que me he ido encontrando través de estas páginas, el dolor de estos padres que nos llegan a la consulta desorientados y perdidos porque no reconocen a un hijo que se les representa como ajeno cuando está enfermo o tiene dificultades. Dolor edípico cuando la encrucijada es triangular, o narcisista si se desencadena el embate entre dos, pero dolor al fin.

Recordemos que Freud dijo: “En el individuo que crece su desasimiento de la autoridad parental es una de las operaciones más necesarias, pero también más dolorosas del desarrollo. Es absolutamente necesario que se cumpla, y es lícito suponer que todo hombre devenido normal lo ha llevado a cabo en cierta medida. Más todavía el progreso de la sociedad descansa, todo él, en esa oposición entre ambas generaciones.”

Quiero recalcar que lo que me ha llamado especialmente la atención a través de mi lectura es el trato cuidadoso con el que han sido tratados los sentimientos y emociones de dolor, confusión e impotencia de estos padres.

Cuidado enfocado a tratar con mucho tacto a ese niño interno que habita en los padres de nuestro paciente enfermo y que ocupa todo el espacio, siendo quizás por esto que nuestro paciente no tenga un síntoma, sino que sea un síntoma.

Como bien señalan las autoras en el siguiente párrafo: “Lo más rechazable coincide con las dificultades que ellos mismos padecieron de pequeños, no soportando ningún reflejo de ello en el hijo. Cuando un padre muestra enfado hacia su hijo, tenemos que plantearnos qué de sí mismo está rechazando en su retoño”.

Se plantea escuchar y reflexionar sobre preguntas tales como:

  • ¿En qué conflictos con el hijo encuentran a sus propios padres?
  • ¿Qué quejas dirigidas al hijo estaban en su origen orientadas hacia sus progenitores?
  • ¿Qué relaciones antiguas se le están transfiriendo al hijo?

O sea, escuchar y reflexionar sobre cuáles son las herencias psicológicas de esa familia, ya que posiblemente “no tienen los hijos que hubieran deseado ser ni son los padres que hubieran deseado tener.

A través del material cuidadosamente desglosado por las autoras, podremos observar cómo se expone detalladamente el arduo quehacer con los padres, para poder así acceder a la construcción de enlaces y a través de éstos poder abordar los embates y dificultades que plantea la elaboración de estos duelos alejados y detenidos en el tiempo, pero tomando presencia cuando son proyectados en los hijos a través de temores, frustraciones o deseos no realizados.

El crecimiento implica renuncias, y este libro trata de ayudar e investigar la cuestión de cómo ajustarse al encuentro con el otro y a las renuncias que esto supone.

Piensan que es preciso ayudar a desvitalizar la actualidad de algo que procede de otro momento, de otro lugar y con otros.

Heidegger dijo: “El adolescente que habita en cada adulto es el que dispone todavía los poderes mágicos liberadores. El poder creativo es libertad, una puesta en libertad de los lugares.”, y de esto se trata.

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Carmen Sánchez Arroyo*

Simplemente reseñar en este libro algunos de los conceptos que me han admirado y sorprendido y lo hago en dos direcciones.

La primera como profesional, no solo en la consulta sino también en los colegios donde llevo trabajando un buen número de años y es que este libro no podía venir en un momento más oportuno, (no creo que sea casualidad) en el que la problemática que presentan los padres está la mayoría de las veces a la par de la de los hijos. De hecho, este año en uno de los centros me han pedido que trabaje con los padres de alumnos muy problemáticos, es decir, con muchos problemas (yo prefiero decir muy enfermos).

En segundo lugar, quiero reseñar que hay conceptos, en este libro, que sin duda me han llevado a contemplar el trabajo desde otra perspectiva, más amplia, más extensa, con más luz. Creo que reúne la teoría y la técnica psicoanalítica casi al completo, lo nuevo y lo viejo, invitándonos a crear un guion que tenga la eficacia suficiente para captar la ambigüedad por ambas partes, es decir, las dos partes implicadas en el acto fundante de la formación de la pareja.

Encontrar donde enlazan ambas historias o no y traerlo del guion a la alianza, soslayando la transferencia, pero sin perderla de vista y de ahí a la verdad del niño.

Y recojo estos otros conceptos porque proporcionan un entendimiento profundo de lo que es trabajar con los padres:

  • Ser pareja-ser padres; la pareja como acto fundante.
  • La parentalidad como proceso: Proceso de estado padre-madre.
  • El enamoramiento como alianza para aceptar las diferencias, alianza que porta en su seno grandes conflictos y ambivalencias.
  • ¿Hay o no hay nido? Me parece precioso esa manera de nombrar al amparo y la contención que hacen posible el lugar del hijo.
  • El sufrimiento del niño que tantas veces ignoran los padres.
  • La elaboración de la renuncia.
  • La verdad del niño. Esa relación del sujeto con su propio deseo y la relación del sujeto con el deseo del otro.

Ese entrecruzamiento donde debemos descifrar, diferenciar las características de cada una de estas relaciones, de cada uno de estos deseos y mirar al niño, verlo, oírlo, escucharlo, conocerlo en su verdad.

Y muchísimas cosas que se podrían decir y que yo resumo quizás de una forma extremadamente sencilla pero que fue el primer pensamiento-sentimiento que me inspiró el libro: Para entender al niño, al padre y al adulto que portamos cada uno de nosotros.

*Sobre las autoras:

Paloma Bernal es Psicóloga. Especialista en Psicología Clínica. Miembro de la Directiva de la Asociación Andaluza de Psicoterapia Psicoanalítica

Diana Caulo Latricchina es Psicóloga. Especialista en Psicología Clínica, Psicoanalista. Especialista Universitario en Psicodiagnóstico y Tratamiento: Psicoterapia Psicoanalítica de niños, adolescentes y adultos por la Universidad Pontificia de Comillas en colaboración con la Escuela de Psicología Clínica de Niños, Adolescentes y Adultos.

Presidenta de la Asociación Andaluza de Psicoterapia Psicoanalítica, desarrolla su actividad clínica privada en Sevilla. Durante doce años, perteneció al Turno de Intervención Profesional para la Valoración de la Idoneidad en Adopción Internacional del Colegio Oficial de Psicólogos de Andalucía Occidental. Experiencia en Seguimientos de Menores adoptados. Ha realizado actividad asistencial comunitaria en Institutos de Enseñanza Secundaria de Sevilla Capital para la prevención de la violencia infanto-juvenil, así como la dirección y desarrollo de talleres formativos para padres y adolescentes y el abordaje de sus problemáticas particulares a través de técnicas grupales en la provincia de Sevilla.

Carmen Sánchez Arroyo es Psicóloga y Psicoanalista.

Revista 5
Artículo 4

Fecha de publicación: JULIO 2012